Pérfil

Bonito, con una voluntad excepcionalmente sólida y una voz preparada e interesante, es hasta ahora el mejor símbolo en México, España y América Latina, más de 50 años después de su fallecimiento. Su grabación de México Hermoso y Amado, el himno informal de su nación, es la grabación más conocida de la melodía. Su vocación se contrasta frecuentemente con la de Pedro Infante, el artista escénico mexicano más conocido de la época. La disputa de la población en general no persistió en sus vidas privadas, ya que fueron queridos compañeros hasta la muerte de Negrete.